"LIBRO-ESTANQUE"

Rut Lázaro Abián 3º Educ. Infantil G.1

Al hablar de la estrategia del binomio fantástico de Rodari, y de cómo con solamente dos palabras al azar podía surgir una historia me decidí a hacer una. Las primeras palabras que me vinieron a la mente fueron libro y estanque, así que empecé a escribir y esta es mi historia.

BINOMIO FANTÁSTICO: LIBRO-ESTANQUE

Mario estaba jugando a la pelota cuando de repente ésta calló dentro de un estanque. No sabía qué hacer, no veía a su madre para avisarle de que se le había caído y no le apetecía ir corriendo a buscarla, así que decidió meterse en el estanque a por ella. Al meterse en el estanque notó algo extraño, empezó a reír a carcajadas, los peces que le hacían cosquillas en los pies formaron un remolino. Y en un segundo, sin darse cuenta, los peces le llevaron al fondo del estanque. Mario empezó a bucear con ellos, hasta que de pronto los peces desaparecieron y en el fondo del estanque solo estaba él. Vio algo extraño y se fue acercando tan despacio como un caracol hacia aquello que veía, tenía miedo pero a la vez curiosidad. Conforme se iba acercando, más ganas tenía de saber lo que era. Se encontró con un montón libros, libros que nadaban por aquel estanque, que abrían sus páginas para contar sus historias. Mario no sabía por qué ya no había peces y solo había libros, libros que se comportaban como peces. Entonces, un libró se chocó con él, lo cogió y en lo que dura un pestañeo apareció en la superficie del lago, pero Mario no estaba solo, llevaba aquel libro, pero no lo podía abrir.

Al día siguiente Mario volvió a ir al estanque, se quedó observándolo, pensaba en todo lo que había pasado el día anterior. Llevaba aquel libro que no podía abrir. Metió los pies en el estanque y volvió a sentir aquel cosquilleo. Otra vez estaba en las profundidades del estanque, y el libro se abrió. Mario lo entendió todo, aquellos libros y sus historias solo cobraban vida cuando se encontraban en el interior de aquel mágico estanque. Decidió quedarse un rato a leer aquellas historias. Volvió a casa con una gran sonrisa, pensando en las historias que guardaban los libros del estanque, aquellas historias que solo conocía él iban a ser su secreto mejor guardado.

RUT LÁZARO ABIÁN