ANA LÁZARO PALACIO
ESCUCHAR PARA APRENDER
Algunas personas como mi abuela acabaron siendo lectoras a pesar de crecer en hogares en los que no había libros. Tampoco había en la escuela a la que fue poco tiempo. Quizá la ausencia y las carencias de aquellos tiempos, estimularon de una manera extraordinaria las ganas de leer de mi abuela por no tener acceso a ello.
Hoy en día la situación es muy diferente. Yo crecí con los libros a mí alrededor en mi casa, en las bibliotecas del cole, en las municipales, con Internet…
Qué duda cabe que los hábitos lectores nacen y se contagian en el seno familiar y si no existirán, la escuela se encarga de modificarlos animando a la lectura como una práctica aconsejable y necesaria compensando estas desigualdades.
Como educadores sabemos que desde que el niño llega al aula, el ejemplo de nuestros actos puede ser algo definitivo para el ejercicio de aprender y sobre todo para el crecimiento saludable en todo su desarrollo integral. El acto de leerles o cantarles en voz alta, conlleva escuchar historias, apreciar la musicalidad de las palabras que les envuelven, aprenden a leer las diferentes voces, su entonación, el afecto, el cariño, el cuidado, la protección y el amor de la expresión de la cara de quien lee.
Sin duda alguna, las lecturas en voz alta a través del cuento, retahílas, relatos, fabulas… en el aula, hoy en día, son un acto de AMOR, que emociona y las emociones llegan hasta el fondo del ser, nos moldean, nos forma, nos enseña… en definitiva nos EDUCA.
¿Cómo probar a los niños del mañana de este paisaje protagonizado por el profesor leyendo? De esta imagen es más probable que salgan futuros lectores o lectoras, ya que como decía Enriqueta Lisboa “lo mejor que se le puede dar a los niños, además de buenos hábitos, buenos recuerdos”, el recuerdo de su profesor leyéndole.
ANA LÁZARO PALACIO
Hola Ana;
ResponderEliminarEsta entrada al blog me parece muy bonita e interesante, mi abuela empezó a leer hace unos años, no tuvo oportunidad de ir a la escuela tampoco, pero al ver que sus familiares leían, esto le estimuló para poder hacerlo ella también.
Desde luego que en nuestro futuro en las aulas debemos inculcar en los niños la lectura, para que esto no se pierda, ya que es muy importante y satisfactorio para ellos, que les transmite una cultura y otros muchos saberes.
Un saludo.
Lucía García
ResponderEliminar¡Hola Ana!
A mí también me ha gustado mucho tu reflexión acerca de la importancia de la lectura en voz alta y de cómo la motivación personal hacia la misma, juega un papel clave en el desarrollo de hábitos lectores.
Como tú muy bien apuntabas, el entorno es fundamental y por tanto considero que se debe empezar a inculcar estos hábitos lectores desde pequeños, porque además, son una fuente de placer y de conocimiento en el niño.
Pero de además de todo esto me gustaría aportar otra idea que considero que es importante y es el poder de la lectura en voz alta para crear vínculos afectivos.
Partiendo de mi propia experiencia personal, la mayoría de los recuerdos de mi infancia se basan en los momentos que compartía con mi madre a través de la lectura.
Ella me leía todas las noches un cuento y además escogía, en fechas determinadas como navidad…, cuentos que explicaran el porqué de estas celebraciones.
Esto hacía que llegado el momento yo las viviera con mayor ilusión ya que mi imaginación y fantasía surgida a partir de los cuentos, me hacía imaginarme grandes historias.
He querido compartir esta experiencia ya que creo que resume un poco la idea principal que deseo transmitir; que la lectura en voz alta además de crear vínculos afectivos entre el narrador y el oyente, es capaz de transportarnos a otros mundos posibles, haciendo que nos evadamos de la realidad y relacionemos el acto de leer con la propia satisfacción personal.
“De los diversos instrumentos inventados por el hombre, el más asombroso es el libro; de todos los demás son extensiones de su cuerpo... Sólo el libro es una extensión de la imaginación y la memoria”. (J.L. Borges)
Lucía García
3º de Infantil